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El 1 de Diciembre: “Día Independencia efímera


 Se conoce como Independencia efímera al período de la historia de la República Dominicana que transcurre entre la proclamación del "Estado Independiente del Haití Español" el 1 de diciembre de 1821 y su anexión a Haití el 9 de febrero de 1822. La denominación "efímera" se debe precisamente al corto espacio de tiempo durante el cual se mantuvo la independencia, apenas dos meses y ocho días.
Fue proclamada por un sector de la pequeña burguesía urbana, liderada por el político y académico José Núñez de Cáceres, quien creía en la Gran Colombia de Simón Bolívar.
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El 1 de Diciembre: Día Mundial de la Lucha contra el Sida



El Día Mundial de la Lucha contra el Sida se conmemora el 1 de diciembre de cada año, y se dedica a dar a conocer los avances contra la pandemia de VIH/sida causada por la extensión de la infección del VIH.

Se conmemoró por primera vez el 1 de diciembre de 1988. Se eligió la fecha del 1 de diciembre por cuestiones de impacto mediático (1988 era un año electoral en EE UU y la fecha quedaba suficientemente alejada de las elecciones como para atraer la atención de los medios de comunicación). Desde entonces, el sida ha matado a más de 25 millones de personas en todo el planeta, lo que la hace una de las epidemias más destructivas registradas en la historia.

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El 25 de Noviembre:

 “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”


El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (o DIEVCM), aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 50/134 el 17 de diciembre de 1999, se celebra anualmente cada 25 de noviembre, en memoria de las hermanas Mirabal. La propuesta para que se celebrara en esa fecha la realizó la República Dominicana, con el apoyo de 60 países.

Historia
En República Dominicana se registro el asesinato de las tres hermanas Mirabalactivistas políticas dominicanas, hecho que tuvo lugar el 25 de noviembre de 1960, por órdenes del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.

En 1981 se celebró en BogotáColombia, el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, donde se decidió marcar el 25 de noviembre como el Día Internacional de No Violencia contra las Mujeres, recordando el asesinato de las hermanas Mirabal.

En 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que se definió la "violencia contra la mujer" como:

“Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada”.

En dicha Asamblea se reconoció que era necesaria "una clara declaración de los derechos que se deben aplicar para asegurar la eliminación de toda violencia contra la mujer en todas sus formas, y un compromiso de los Estados y de la comunidad internacional en general para eliminar la violencia contra la mujer".

El 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La ONU invitó a gobiernosorganizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales a organizar actividades dirigidas a sensibilizar al público respecto del problema en este día como una celebración internacional.

El Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (United Nations Development Fund for Women o Unifem, en inglés) también observa regularmente la jornada, y ofrece sugerencias para que otros las observen.

En octubre de 2006 se presentó el Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la mujer, que demuestra que existen obligaciones concretas de los Estados para prevenir esta violencia, para tratar sus causas (la desigualdad histórica y la discriminación generalizada), así como para investigar, enjuiciar y castigar a los agresores.
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El 6 de Noviembre: “Dia de la Constitución Dominicana”

Cada seis de noviembre celebramos en nuestro país el Día de la Constitución, una fecha de gran trascendencia para la República Dominicana

La Carta Magna, como también se le llama, reconoce y consagra los derechos y deberes fundamentales de cada ciudadano.
La Constitución definida como el conjunto de reglas fundamentales que rige la organización y funcionamiento del Estado y sus instituciones; el estatuto jurídico-político que traza los principios generales y fundamentales que norman y reglamentan las relaciones entre gobernantes y gobernados.
La Carta Magna , como también se le llama, reconoce y consagra los derechos y deberes fundamentales de cada ciudadano.
El primer documento constitucional genuinamente nacional que normó la vida independiente de nuestro pueblo fue el Acta de Separación que hizo las veces de constitución del nuevo Estado, hasta que fue proclamada la del 6 de noviembre de 1844, en San Cristóbal.
A partir de 1844, nuestra Carta Sustantiva ha sido objeto de 38 modificaciones, de las que solamente citaremos algunas.
En 1854 hubo dos reformas a la Constitución. La primera fue promulgada el 25 de febrero, que suprimió el artículo 210 restringiendo los poderes del Ejecutivo y amplió las facultades del Poder Judicial y del Congreso. La segunda fue proclamada el 23 de diciembre del mismo año, se convirtió en el texto preferido de las dictaduras del siglo XIX.
El 19 de febrero de 1858 se proclamó la Constitución de Moca, la más democrática de la República Dominicana.
En 1865 se reformó nuevamente la Carta Magna de la nación, donde por primera vez se consagra en el texto el voto “para toda la ciudadanía”, sin tomar en cuenta que las mujeres estaban excluidas del derecho al sufragio.
La Constitución de 1866 vino a ser la de 1865 con ligeras variantes. La de 1872 fue modificada por iniciativa del presidente Buenaventura Báez.
Abril de 1874 llega con un nuevo texto constitucional que suprimió el requisito de saber leer y escribir para los votantes y estableció un congreso unicameral compuesto por 31 diputados elegidos por voto directo.
Esa constitución se reformula sucesivamente en 1875, 1876, 1877, 1878, 1879, 1880, año en que el general Gregorio Luperón decreta la celebración de elecciones para la Asamblea Nacional que debía dotar al país de una nueva Constitución.
Luperón, también promovió otra reforma en 1881, la que tendría vigencia hasta 1887 cuando comienzan las ejecuciones dictatoriales de Ulises Heureaux.
En la cuarta gestión de gobierno de Lilís propició otra reforma constitucional que le permitiría la reelección en1896. A partir de ese momento y hasta 1907, no hubo más revisiones a la Carta Magna.
En el siglo XX, se produjeron seis reformas constitucionales antes de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo: dos con Ramón Cáceres en 1907, 1908 y cuatro con Horacio Vásquez en 1924, 1927, y dos en 1929.
Luego se sucedieron siete reformas durante la “Era de Trujillo”. De 1961 hasta el año 2002.

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El 24 de Septiembre: “Firma del Tratado Trujillo HULL

El Tratado Trujillo-Hull fue un acuerdo firmado entre los Estados Unidos y la República Dominicana el 24 de septiembre de 1940 entre sus representantes, Rafael Leónidas Trujillo de Rep. Dominicana y los Estados Unidos representado por el Secretario de Estado Cordell Hull, que consistía en una serie de pasos que permitirían a la Nación Dominicana cumplir con las exigencias de pago de su deuda externa contraída con Empresas Norteamericanas a cambio de que Estados Unidos devolviera el control de las Aduanas Dominicanas.
Contenido
El acuerdo establecía que a partir de ese momento las Aduanas, enajenadas desde 1905 como consecuencia de las deudas contraídas desde los tiempos del General Ulises Heureaux, dejaban de funcionar bajo control del gobierno estadounidense, y sus oficinas y dependencias pasaban a formar parte de la Administración Pública de la República Dominicana.
El significado histórico del Tratado Trujillo-Hull es que dió firmes pasos hacia el saneamiento de la deuda externa dominicana. A la llegada de Trujillo al poder en el año de 1930 encontró una severa crisis económica. La deuda externa ascendía en ese momento a 16,000,000 de dólares y la situación se agravaba, en parte, por las obligaciones contraídas por la República mediante la Nueva Convención Dominico-americana de 1924 que modificaba ligeramente un convenio anterior pero mantenía el impedimento para la suscripción de nuevos empréstitos y para el aumento de los aranceles aduaneros sin la aprobación del gobierno norteamericano.
El convenio existente (Tratado Financiero entre República Dominicana y E.U.A. del 1905) obligaba al Gobierno Dominicano a destinar el 55% de las entradas de Aduanas al pago de la deuda externa. Esta situación impedía al gobierno dominicano la entrada de recursos suficientes para sufragar sus gastos y necesidades.*
En 1931 Trujillo inició una serie de negociaciones con el Gobierno de los Estados Unidos de América para que República Dominicana recuperara el derecho de administrar sus Aduanas. Varios años de intentos y discusiones culminaron en 1940 con la firma del Tratado Trujillo-Hull y a partir de entonces la administración de las Aduanas quedó en manos dominicanas.La deuda externa continuó amortizándose mediante mecanismos establecidos por el Tratado en cuestión y en julio de 1947 su balance era tan sólo de $9,271,855.55, suma que fue totalmente pagada a los tenedores de los bonos adeudados, el 19 de julio de ese mismo año.
Trujillo se sintió muy orgulloso de haber saneado la economía y fue ensalzado a lo largo de todo su gobierno como restaurador de la independencia financiera del país.
En octubre de 1940 se firmo el Tratado Trujillo-Hull, entre Republica dominicana y Estados Unidos, mediante el cual, se invalidaban las medidas establecidas por la Convención de 1924. Se elimino la receptoria Norteamericana de Aduanas y, de nuevo, el estado dominicano pudo controlar las aduanas y podría establecer aranceles y manejar su política de endeudamientos. Por otro lado, el estado adquirió el control del National City Bank convertido en Banco de Reservas y de la Compañía de Electricidad, que paso a llamarse Corporación Dominicana de Electricidad.

Significado histórico
El tratado dio firmes pasos hacia el saneamiento de la deuda externa dominicana. A la llegada de Trujillo al poder en el año de 1930encontró una severa crisis económica. La deuda externa ascendía en ese momento a 16,000,000 de dólares y la situación se agravaba, en parte, por las obligaciones contraídas por la República mediante la Convención Dominico-americana de 1924 que modificaba ligeramente un convenio anterior pero mantenía el impedimento para la suscripción de nuevos empréstitos y para el aumento de los aranceles aduaneros sin la aprobación del gobierno norteamericano.

Objetivo
En 1931 Trujillo inició una serie de negociaciones con el Gobierno de los Estados Unidos de América para que República Dominicana recuperara el derecho de administrar sus Aduanas. Varios años de intentos y discusiones culminaron en 1940 con la firma del Tratado Trujillo-Hull y a partir de entonces la administración de las Aduanas quedó en manos dominicanas.

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El 16 de Agosto es: “Restauración de la República Dominicana

El 16 de agosto, los dominicanos conmemoramos otro aniversario del inicio de los actos bélicos, que desataron la guerra domínico-española, por la restauración de la Republica Dominicana , que había sido proclamada el 27 de febrero de 1844, pero desde su fundación estuvo amenazada por las luchas intestinas de sus fundadores y otros que aún siendo acabados de llegar, ejercieron un protagonismo y una presión tan deliberante, que terminaron desplazando a los más sacrificados por la patria.


A estas luchas de intereses entre los dominicanos, se sumaron las constantes invasiones, amenazas y presiones de los haitianos, quienes alegaban que desde el tratado de Basilea en 1795, la isla era una sola e indivisible y por lo tanto se oponían a la independencia del territorio que ellos siempre habían reclamado y que habían gobernado desde el 9 de febrero de 1822, hasta el 27 de febrero de 1844.


También presionaban e instigaban potencias como Francia, España, Inglaterra y el naciente imperio del norte, como llamara José Martí a los Estados Unidos de América. Estas potencias no tenían ningún interés real en el territorio dominicano, sino tenerlo como base para sus defensas o para atacar a otras potencias, por eso el desenfrenado interés por la estratégica bahía de Samaná.


En el caso de los haitianos, ya que ellos sólo querían esa parte de la isla para evitar que cayera en manos de alguna de esas potencias y en caso de verse atacados, dar a Quisqueya como botín de guerra, en un eventual acuerdo de paz.

En este estado de efervescencia, intranquilidad e inestabilidad social, política y económica, así como los constantes cambios de gobernantes y el revanchismo político, el país pasó sus primeros trece años de vida republicana, hasta que el 7 de julio de 1857, estalló un movimiento en todo el Cibao, que es conocido en la historia dominicana como la Revolución de Julio y terminó con el derrocamiento del segundo gobierno de Buenaventura Báez y abriendo el camino para el tercer y último gobierno de Pedro Santana.


El proceso de la anexión a España fue largo, ya que se acompañó de proyectos y gestiones como las que encabezaron Buenaventura Báez en 1846 y 1857, Mella y Felipe Alfau en 1853.

Ya para 1860 la anexión a España comienza a germinar, a raíz de una larga exposición que escribió Santana a la reina Isabel II.

En esa carta Santana fundamenta la solicitud, señalando entre otras cosas, que el hecho de tener el mismo origen, religión y costumbres "nos inclinan a desear encontrar esa estabilidad en una más perfecta unión con la que fue nuestra madre patria que la que existe y seguramente nos presentará mejor oportunidad que las que ofrecen hoy las circunstancias".

Como resultado de esta solicitud, llegó a Santo Domingo el general español Gutiérrez de Rubalcaba para estudiar la situación y rendir un informe, el cual fue favorable a la petición de anexión y Santana procedió a someter las bases en que debía apoyarse la anexión, las cuales especificaban lo siguiente:

1) El respeto a la libertad individual y al principio de no esclavitud.
2) Que el territorio dominicano fuera considerado como una provincia española y como tal, disfrutará de los derechos correspondientes.
3) La utilización del mayor número de hombres, especialmente los del ejército, que desde 1844 habían prestado importantes servicios a la patria.
4) La amortización del papel moneda circulante, como una de las primeras medidas.
5) El reconocimiento y validez de los actos gubernamentales, ocurridos en el país desde 1844.

Al comenzar el año 1861, los anexionistas se apoyaban en todo tipo de excusas para simular sus propósitos y mientras por un lado justificaban ante el gobierno español que la anexión se haría "conforme a los deseos que siempre habían manifestado los dominicanos", por el otro lado se desarrollaba una política represiva, tratando de ahogar en sangre, cárceles y deportaciones, todo tipo de protesta que iban surgiendo en el país, y también se buscaba y se obtenía al precio que fuera, adhesión de los jefes militares y de grupos y personalidades influyentes.

Se colocaron personas de extrema confianza en los puestos claves, se escribieron circulares a funcionarios civiles y militares, así como a los cónsules y representantes diplomáticos acreditados en el país y se puso en funcionamiento la maquinaria propagandística para comunicarle al país, que ya la anexión era una realidad.


Para las primeras horas de la mañana del 18 de marzo de 1861, Pedro Santana, el primero y último presidente de la que hasta entonces había sido la República Dominicana , convocó al "pueblo" a la plaza de la catedral, hoy parque Colón, para darle oficialmente la "gran noticia" y bajar la bandera dominicana, para izar el pabellón español y entre las proclamas y argumentos en el acto de entrega, Santana proclamó lo siguiente:


"España nos protege, su pabellón nos cubre, sus armas impondrán a los extraños, reconoce nuestras libertades; Y juntos las defenderemos, formando un solo pueblo, una sola familia, como siempre fuimos; Juntos nos presentaremos ante los altares que la madre patria erigiera".

La vuelta a la situación colonial se puso de manifiesto no sólo con la reincorporación del territorio a España, sino con el establecimiento de viejas modalidades coloniales, tales como instauración de las instituciones jurídicas hispánicas, un clima inquisitorial y de intolerancia religiosa, el predominio de los peninsulares y los prejuicios raciales frente a los nativos, entre otras barbaridades.

Al producirse la anexión, Pedro Santana quedó como gobernador interino de la colonia, hasta que fue confirmado en el mando en mayo de 1861, cuando la reina Isabel II reconoció oficialmente el traspaso territorial y empezó a tomar decisiones en su readquirida colonia, mandando personal administrativo desde Cuba y Puerto Rico, pero antes se hicieron oír las protestas de países como Chile, Perú, Haití, Francia, Inglaterra, Venezuela, Alemania y Estados Unidos, entre otros. El descontento de muchos nativos que se oponían a la anexión, nunca se apagó y por el contrario, todas las medidas y accionar de los españoles, contribuían a incrementar el sentimiento patrio y muy pronto comenzaron los focos de resistencia que luchaban por el retorno a la vida republicana, que con sus virtudes y defectos, garantizaba por lo menos un mínimo de libertades e igualdad entre los ciudadanos.


España en ningún momento cumplió con los acuerdos que fundamentaban la anexión y las medidas económicas y represivas en contra de la población, no sólo traspasó lo administrativo y militar, sino que también volvieron medidas esclavistas y raciales, donde hasta la Iglesia Católica desconocía a los sacerdotes dominicanos.


Se fueron desatando varios movimientos tendentes a expulsar a los españoles y restablecer la república, como el levantamiento en Moca dirigido por José Contreras, el movimiento de la Regeneración Dominicana y el asalto de Neiba, ocurrido en febrero de 1863, dirigido por Cayetano Velásquez, también el día 21 de febrero de ese mismo año, Santiago Rodríguez encabezó un movimiento que culminó con el levantamiento y toma de Guayubin, donde los dominicanos sorprendieron la guarnición española y convirtieron toda la región noroeste en un bastión importante de la resistencia, ya que lograron el levantamiento de varias comunidades.

El estado de sitio, los apresamientos y fusilamientos emprendidos por los españoles, acrecentaron aún más las luchas de los restauradores y el amanecer del 16 de agosto de 1863, fue fiel testigo del ataque a Santiago, por hombres encabezados por Benito Monción, Gaspar Polanco, Benigno Filomeno Rojas, Cayetano Germosén, Olegario Tenarez, Eugenio Miches y Gregorio Luperón, entre otros.

Mientras que otro grupo encabezado por Santiago Rodríguez, Pedro Antonio Pimentel, José Antonio Salcedo, Lucas Evangelista de Peña y Federico de Jesús García, entre otros, enarboló la insignia tricolor, símbolo del pabellón dominicano, en el cerro de Capotillo, en la hoy provincia de Dajabón.

El movimiento restaurador abarcó a todos los sectores en los diferentes aspectos sociales, políticos y militares, en los que también podemos destacar la ayuda económica y bélica, de países como Venezuela y Haití.


Para finales del año 1864, ya el movimiento restaurador abarcaba todo el territorio dominicano, bajo el criterio de que la Republica todavía existía y bajo la consigna de "Libertad o Muerte" y "Guerra a Muerte Contra el Colonialismo Español y los Traidores a la Patria".

Al comenzar el año de 1865, Geffrard, el presidente de Haití, envió un comisionado para mediar en la guerra y en los intercambios de prisioneros, que ya se había iniciado entre comisionados españoles y restauradores, así como el acuartelamiento y ubicación de todas las tropas españolas.

El día 3 de marzo de 1865, el gobierno español emitió el "Real decreto" que determinó el abandono por parte de España, del territorio dominicano y anulando el pacto de anexión.

Las tropas españolas iniciaron el proceso de evacuación el día 10 de julio de 1865, iniciándose así la segunda república bajo el mando de José Antonio Pimentel, quien había sustituido a la Junta Central Gubernativa, el primero de marzo.